A 228 años de su creación, qué sabe la IA de la historia de Lavalle

El Departamento de Lavalle, en la provincia de Mendoza, tiene una historia rica y ligada al agua y a los pueblos originarios. Es uno de los departamentos más antiguos de Cuyo. Su desarrollo se centró en torno al complejo lagunero de Guanacache (o Huanacache), una zona de lagunas y ciénagas que fue el hogar de la cultura Huarpe, especialmente los llamados "huarpes laguneros". Esta fue un área agrícola y ganadera muy importante durante los siglos XVII y XVIII.

La región formó parte de diversas jurisdicciones hasta que en 1850 fue anexada al departamento de La Paz.

En 1855, el gobernador Pedro Pascual Segura la separó, constituyendo la subdelegacía del Rosario. Finalmente, el 18 de enero de 1859, el gobernador Juan Cornelio Moyano firmó el decreto-ley que creó el departamento bajo el nombre de Rosario o Tulumaya (en honor a las denominaciones que los indígenas daban a la región, especialmente Tulumaya, que fue el nombre del primer departamento).

En 1889 se decidió cambiar el nombre del departamento de Rosario por el de Lavalle, en homenaje al general Juan Galo de Lavalle, guerrero de la independencia que formó parte del Ejército de los Andes y fue gobernador interino de Mendoza en 1824.

A lo largo del siglo XIX, la importancia y el volumen de agua de las Lagunas de Guanacache se redujeron drásticamente, en parte por un nuevo modelo de aprovechamiento del agua en Mendoza y San Juan, así como por ciclos climáticos. Esto transformó gran parte de la zona en un área de "secano".

Hoy, Lavalle conserva la herencia de los pueblos originarios y se caracteriza por sus amplias zonas de desierto, sus dunas y sus oasis productivos. Su aniversario se celebra el 20 de octubre, coincidiendo con el natalicio de su patrono civil, el general Juan Galo Lavalle.

Los cinco datos relevantes que rescata la IA de Lavalle

Zona de Oasis y Secano:

Lavalle es el departamento con mayor superficie de la provincia, y presenta un marcado contraste: por un lado, un pequeño pero fértil oasis donde se concentra la mayor parte de la población y la producción agrícola (principalmente vid y olivos); por otro, una vasta zona de secano y desierto que ocupa la mayor parte de su extensión. Esta dicotomía define su paisaje y su economía.

Los Huarpes y el Corredor del Desierto: 

Lavalle fue el corazón del territorio Huarpe. A pesar de lo que podría pensarse, no eran solo "laguneros". Existía un "Corredor del Desierto" que conectaba a los Huarpes de Cuyo con los Huarpes de San Juan y las regiones costeras. Este era un sistema de rutas ancestrales por donde transitaban y comerciaban, adaptándose increíblemente al ambiente árido.

Las Lagunas de Guanacache y su Desaparición:

El complejo de Guanacache (que significa "árboles secos" en Huarpe) no solo fue una fuente de agua y alimento (peces, aves, totora) sino un centro espiritual. La casi total desaparición de las lagunas a lo largo del siglo XX, debido a la canalización de los ríos Mendoza y San Juan para riego, es una tragedia ecológica y cultural. Las antiguas "acequias huarpes" (canales de riego) contrastan con los modernos embalses que hoy controlan el agua.

El Fortín de Lavalle: En 1872, se estableció en la zona un fortín militar conocido como "Fortín de Lavalle" o "Fortín de Tulumaya". Su objetivo era proteger las poblaciones y las rutas comerciales de los ataques de malones, así como marcar presencia en la frontera con los territorios indígenas. Este fortín fue importante en el proceso de expansión y consolidación del estado mendocino.

La Resistencia Cultural y la Comunidad Huarpe de hoy: A pesar de la desarticulación de su modo de vida, los Huarpes nunca desaparecieron. Hoy, en Lavalle, existen varias comunidades Huarpes que luchan por la reivindicación de su identidad, sus tierras ancestrales y su cultura. Son un ejemplo de resistencia y resiliencia cultural en Argentina.

"Árbol de la Patria": El Algarrobo Histórico: En Lavalle se encuentra un algarrobo centenario de gran tamaño y significación. Se dice que bajo su sombra descansaron el General San Martín y sus tropas en su preparación para el Cruce de los Andes, aunque esto es más una tradición oral que un hecho históricamente documentado. Sin embargo, su presencia simboliza la conexión del departamento con la gesta sanmartiniana y la historia mendocina.