Alerta científica internacional por el paso del cometa interestelar 3I/ATLAS

Debido a su comportamiento impredecible y trayectoria cambiante, la NASA ha activado un protocolo de Defensa Planetaria (Campaña de Astrometría de Cometas de la IAWN) para mejorar el seguimiento de su posición y características. Sin embargo, no representa un peligro para la Tierra, ya que pasará detrás del Sol en su máxima aproximación terrestre (que ocurrirá en diciembre de 2025).

El 3I/ATLAS ha desconcertado a los astrónomos debido a varias características inusuales. Tiene un comportamiento anómalo ya que ha presentado un comportamiento y cambios inesperados que no se ajustan a los patrones tradicionales de los cometas conocidos. Además, inicialmente mostró una inusual "anti-cola" (una estela que apuntaba hacia el Sol). Recientemente, debido a la radiación solar, se ha reportado que su estructura ha mutado, y la anti-cola se habría replegado para formar una cola más convencional.

Otros de los datos llamativos para los científicos es su composición química. Los análisis espectroscópicos sugieren proporciones atípicas de compuestos volátiles y la liberación de un "chorro gris" de gas que contiene níquel, hierro y agua, lo cual se asocia con reacciones que en la Tierra se realizan en procesos industriales controlados (reacción de níquel-carbonilo), lo que ha aumentado el misterio.

Sus anomalías han abierto un debate científico, e incluso han impulsado teorías (principalmente de un científico de Harvard, Avi Loeb) de que podría ser un objeto creado artificialmente o una sonda extraterrestre camuflada. La NASA y la ESA han sido más cautelosas, atribuyendo la rareza a nuestra falta de experiencia con cometas interestelares.

Lo que se sabe es que está realizando su aproximación más cercana al Sol (perihelio) alrededor del 30 de octubre de 2025, viajando a una velocidad extremadamente alta (más de 220.000 kilómetros por hora).

Sigue una trayectoria hiperbólica, lo que significa que solo está de paso y se irá para siempre hacia el espacio interestelar después de su aproximación al Sol. Aunque se encuentra en el foco de todos los observatorios terrestres y espaciales, el 3I/ATLAS no representa un peligro para la tierra.